¿Existe un momento óptimo para vender un inmueble?

Sus circunstancias vitales han cambiado y está barajando la idea de vender su propiedad. Pero no quiere precipitarse y está esperando el momento oportuno en el que pueda conseguir el mejor precio posible en el mercado inmobiliario. ¿Pero cuándo es exactamente ese momento?

Quien decide vender su vivienda en propiedad suele hacerlo cuando la situación de su vida personal ha cambiado o un cambio es inminente. Las razones típicas para vender son un cambio de trabajo, un divorcio, un aumento del tamaño de la familia, la mudanza de los hijos o la vejez. O puede darse el caso de que se haya heredado una vivienda y se abandone la que se ocupaba anteriormente.

¿Qué margen de maniobra queda para el momento de la venta?

La urgencia del motivo de la venta también determina la rapidez con la que el propietario quiere una venta. En el caso de un divorcio, por ejemplo, o si se produce un cambio repentino de trabajo, el objetivo principal suele ser vender la propiedad lo antes posible. A la hora de ampliar o reducir el tamaño de la vivienda, surge un poco más de flexibilidad y tiempo para buscar un nuevo hogar. En esta situación, muchos propietarios se plantean si tiene sentido retrasar un poco más la venta para encontrar el "momento ideal".

Los propietarios que utilizan su inmueble como inversión están, sin duda, aún más preocupados por el momento adecuado para vender. En este caso, lo primero que hay que hacer es esperar el periodo de especulación de 10 años, ya que de lo contrario habría que pagar el impuesto de especulación sobre el beneficio obtenido. Sin embargo, los propietarios que hayan vivido en la vivienda durante los dos años anteriores a la venta están exentos del impuesto sobre la especulación. Una vez transcurrido el plazo de 10 años, muchos inversores ven que ha llegado el momento de vender el inmueble, pero se preguntan si la situación del mercado no podría ofrecer más en uno, dos o cinco años.

¿Qué sentido tiene esperar a un momento (aún) mejor?

Aunque a menudo se sospecha, los factores puramente atmosféricos, como la época del año, no influyen en la venta de un inmueble. Por otro lado, las pistas importantes son los bajos tipos de interés y una buena economía. Entonces la demanda es alta y los interesados están dispuestos a invertir, lo que habla de un buen momento para vender. A este respecto, es lógico observar la evolución tanto del mercado inmobiliario como de la economía en su conjunto. La ubicación de la propiedad también puede sufrir una evolución que hay que observar. Si su propiedad está situada en un distrito que se está convirtiendo en un barrio de moda, el precio también subirá.

En general, sin embargo, hay que decir que es muy difícil predecir un momento ideal para vender. No sólo los profanos, sino incluso los expertos se equivocan a menudo con sus previsiones sobre la evolución prevista del mercado, y la mejor venta sigue siendo la que no sólo consigue un buen precio, sino que se completa rápidamente. Un corredor profesional puede apoyarle en esto y, en caso de duda, sacarle más provecho que el que podría ganar esperando con incertidumbre el momento óptimo para vender.

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